El contrato de aprendizaje representa una de las formas de insertar a los jóvenes en el mundo laboral. Este es un tipo de contrato que ofrece la oportunidad de adquirir habilidades técnicas y profesionales a través de un curso de capacitación en el campo.
En este artículo analizaremos las principales características del contrato de aprendizaje, las ventajas para los empleadores y los aprendices y
las formas de concluirlo.
Índice de contenido:
¿Qué es un contrato de aprendizaje?
El contrato de aprendizaje es un acuerdo entre un empleador y un aprendiz, destinado a la formación profesional de este último.
El aprendiz es una persona de entre 15 y 29 años, que aún no ha adquirido experiencia profesional en el sector de referencia. El contrato de aprendizaje puede tener una duración que varía entre 6 meses y 3 años, según la cualificación profesional que el aprendiz pretenda obtener.
Durante el período de formación, el aprendiz trabaja en la empresa y, al mismo tiempo, asiste a un curso de formación profesional que puede organizar la propia empresa o los organismos acreditados
.
Quién puede solicitar un contrato de aprendizaje
El contrato de aprendizaje puede ser celebrado por todos los empleadores, tanto privados como públicos, que tengan la intención de capacitar a un joven como parte de una profesión. El aprendiz debe cumplir los requisitos establecidos por la ley, es decir, tener entre 15 y 29 años y no haber adquirido ya experiencia profesional en el sector de referencia.
Además, el aprendiz debe cumplir los requisitos exigidos para la admisión al curso de formación profesional. El contrato de aprendizaje también se puede celebrar con personas con discapacidades, con una duración superior a la prevista para los aprendices sanos
, a fin de garantizar una formación adecuada.
Características del contrato de aprendizaje
El contrato de aprendizaje tiene algunas características peculiares en comparación con otros tipos de contratos. En primer lugar, el contrato de aprendizaje prevé un período de prueba de un máximo de 30 días hábiles, durante el cual tanto el empleador como el aprendiz pueden rescindir el contrato sin previo aviso. Además, el contrato de aprendizaje prevé una forma de remuneración diferente a la de otros contratos, ya que el aprendiz recibe un salario inferior al previsto para los trabajadores con la misma cualificación profesional. Por último, el contrato de aprendizaje prevé una formación profesional obligatoria, que debe realizarse durante la relación laboral y que tiene una duración variable en función de la cualificación profesional que el aprendiz pretenda obtener
.
Las ventajas del contrato de aprendizaje para el empleador y para el aprendiz
El contrato de aprendizaje ofrece varias ventajas tanto para el empleador como para el aprendiz. Para el empleador, el contrato de aprendizaje representa una forma de inversión a largo plazo, ya que permite que un joven reciba una formación específica y transmita las habilidades necesarias para llevar a cabo un trabajo en particular. Además, el empleador puede aprovechar los incentivos fiscales y de cotización previstos por la ley para la contratación de aprendices. Para el aprendiz, el contrato de aprendizaje representa una oportunidad concreta de entrar en el mundo laboral, ya que le permite adquirir habilidades técnicas y profesionales, aprender un oficio y obtener una cualificación profesional. Además, el aprendiz tiene la oportunidad de realizar un trabajo remunerado, incluso si tiene un salario inferior al esperado para los trabajadores con la misma
calificación profesional.
Cómo celebrar un contrato de aprendizaje
Para celebrar un contrato de aprendizaje, el empleador debe presentar una solicitud de aprendizaje a la oficina de empleo responsable del territorio. Posteriormente, el empleador debe identificar al aprendiz y celebrar el contrato, indicando la duración, la calificación profesional que el aprendiz pretende alcanzar, el salario y el método de llevar a cabo la formación profesional. El contrato de aprendizaje debe registrarse en la oficina de trabajo responsable del territorio en un plazo de 30 días a partir de su celebración, so pena de nulidad del propio contrato. Además, el empleador debe registrar al aprendiz en el INPS y comunicar la contratación al
INAIL.
En conclusión, el contrato de aprendizaje representa una oportunidad para que los jóvenes adquieran habilidades técnicas y profesionales, así como una inversión a largo plazo para las empresas. Gracias a las ventajas fiscales y contributivas que ofrece la ley, el contrato de aprendizaje representa una forma cómoda de contratación para las empresas que pretenden capacitar a un joven en el campo de
una profesión.
