En el mundo de las finanzas, los fondos propios se refieren al valor de una empresa que puede atribuirse a sus accionistas. En el balance de una empresa, los fondos propios reflejan la propiedad de los accionistas de la empresa.
Se calcula restando el total del activo de una empresa del total del pasivo.
Patrimonio neto = Activo total – Pasivo total
Existen dos formas de patrimonio neto: el valor contable y el valor de mercado.
Los fondos propios suelen figurar en el balance por su valor de mercado, que puede ser mucho mayor o menor que el valor contable.
La razón de esta distinción es que los estados contables son retrospectivos, mientras que los analistas financieros estiman cuál será el crecimiento financiero en el futuro.
El valor de mercado de las acciones de una empresa se utiliza para determinar si es negociable.
Se trata únicamente de la cotización más reciente compuesta por el número total de acciones en circulación. Cuando una empresa es privada, determinar su valor de mercado es mucho más difícil. Si una empresa va a ser valorada formalmente, contrata a especialistas para que hagan un examen detallado, como banqueros de inversión, empresas de contabilidad o sociedades de valoración.
En principio, el valor contable de los fondos propios de una empresa viene determinado por el sector en el que opera y el modo en que mantiene su actividad. Dado que pueden generar beneficios relativamente elevados con sus activos, las empresas que se prevé que se expandan y obtengan mayores beneficios en el futuro suelen tener un valor contable inferior a su valor de mercado, es decir, el valor de la empresa determinado por la bolsa.
Las empresas menos orientadas al crecimiento y más orientadas al valor tienen un valor contable de los fondos propios superior a su valor de mercado. En realidad, esto indica que el mercado no es optimista sobre el potencial de la empresa para crear beneficios en el futuro, pero los inversores en valor creen que el mercado está completamente equivocado.
Invertir en una empresa que ofrece sus acciones es extremadamente rentable en los siguientes aspectos:
En una estructura corporativa, los propietarios suelen tener limitadas sus responsabilidades. En la mayoría de los casos, la cuota se paga en su totalidad. Los accionistas pueden perder parte de su dinero, pero no todo. Además, no son responsables de la incapacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones.
Las acciones tienen un potencial de beneficio mayor que cualquier otro producto financiero. Aunque la rentabilidad actual de los dividendos no sea tan alta, el potencial de ganancias de capital es considerable. Con el tiempo, la rentabilidad total o los rendimientos al vencimiento pueden llegar a ser significativos.
El propietario de acciones tiene la opción de vender sus acciones a otra persona. El comprador debe asegurarse de que la empresa emisora registre la transferencia de propiedad para que el nuevo propietario reciba dividendos, derechos de voto y otros beneficios.
Los inversores en acciones también se benefician de ventajas fiscales. El mayor rendimiento de las acciones se debe a un aumento del principio o de las ganancias de capital, que en la mayoría de los países se gravan a un tipo inferior al de otras rentas.
En el mundo de las criptomonedas, los inversores pueden optar por comprar tokens/monedas de un proyecto de criptomoneda y apostar por ellas para recibir un flujo de ingresos recurrente. La cantidad de recompensas depende del capital total o de los tokens que posean de la criptomoneda.