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Un aumento preocupante de la inflación
La
inflación en el Reino Unido alcanzó su nivel más alto en ocho meses, con un aumento anual del 2,6% en noviembre, superando el objetivo del 2% establecido por el Banco de Inglaterra (BOE).
Este aumento estuvo influido principalmente por los costos del combustible y la ropa, lo que generó preocupación entre los economistas por la estabilidad económica del país
. Las expectativas iniciales apuntaban a un IPC (índice de precios al consumidor) del 2,6%, pero el BOE esperaba un aumento menor, hasta el 2,4%.
Reacciones del mercado y previsiones futuras
La libra mostró una relativa estabilidad y se mantuvo en torno a los 1,27 dólares tras la publicación del informe. Sin embargo, los economistas están preocupados por un posible aumento más significativo del IPC, especialmente teniendo en cuenta que el crecimiento salarial ha mostrado signos de aceleración por primera vez en más de un año.
Este escenario podría complicar aún más la situación económica, ya influenciada por la caída de los precios de los billetes de avión, lo que ha ayudado a contener la inflación
.
Los desafíos de la estanflación
Un aspecto fundamental a tener en cuenta es la inflación de los servicios, que se mantiene persistentemente alta, situándose en el 5%, superando las expectativas del Banco de Inglaterra, que preveía un 4,9%.
Esta situación alimenta los temores de una estanflación, caracterizada por una alta inflación y un bajo crecimiento económico, un fenómeno que podría representar un serio desafío para el gobierno laborista de Keir Starmer, que ha prometido mejorar los niveles de
vida en el país.
Las decisiones del Banco de Inglaterra
Se espera que el BOE mantenga las tasas de interés sin cambios en el 4,75% durante su próxima reunión, con la intención de reducirlas con cautela durante el próximo año. Sin embargo, los operadores han revisado sus expectativas, abandonando la idea de tres recortes de tipos en 2025 y esperando ahora solo dos reducciones totales.
Este cambio refleja la creciente conciencia de los riesgos inflacionarios, tanto internos como externos, a los que se enfrenta el Reino Unido
.