El comportamiento de los inversores italianos
En los últimos años, el crowdfunding ha ganado atención como herramienta de inversión en Italia, pero su adopción sigue siendo limitada. Según un estudio realizado por Opstar, más de la mitad de los italianos invierten, pero solo el 6% opta por el crowdfunding.
Esta cifra pone de manifiesto una cierta desconfianza hacia esta herramienta, a pesar de que el 44% de los entrevistados conocen su existencia. La mayoría de los inversores (el 51%) adoptan un enfoque cauteloso y prefieren productos de bajo riesgo, mientras que el 46% opta por estrategias diversificadas
que también incluyen inversiones de alto riesgo.
La necesidad de educación financiera
Un aspecto crucial que surgió del estudio es la necesidad de una mayor educación financiera en Italia. Más del 90% de los italianos entrevistados expresaron su deseo de introducir las nociones de finanzas en las escuelas, y el 79,7% desearía que este conocimiento se difundiera también en el lugar de trabajo. Esta falta de formación podría ser una de las principales razones por las que una parte importante de la población considera que la financiación colectiva es riesgosa y poco fiable
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Sectores de inversión preferentes
A pesar de las incertidumbres, la financiación colectiva ofrece oportunidades interesantes, especialmente en los sectores innovadores. El 51% de los inversores se centran en proyectos relacionados con la economía verde, lo que demuestra un gran interés en las iniciativas sostenibles. Otros sectores en crecimiento son el inmobiliario (39%), la tecnología financiera (21%) y el big data (19%). Estos datos sugieren que los inversores se sienten cada vez más atraídos por proyectos que no solo prometen rentabilidad, sino que también tienen un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad
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Geografía de las inversiones
Desde el punto de
vista geográfico, el norte de Italia se confirma como el principal polo de atracción para las inversiones de crowdfunding, y Lombardía representa el 42% de los miembros. Milán se perfila como el centro financiero más activo, seguido de Mantua y Turín. Incluso el centro de Italia, con el Lacio a la cabeza, muestra cierto dinamismo, mientras que el sur de Italia, representado por Campania, todavía tiene margen de crecimiento. Esta distribución geográfica pone de relieve las diferencias económicas y culturales que influyen en las decisiones de inversión en el país
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