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El sistema electoral estadounidense
Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos son un evento complejo en el que participan millones de votantes y un sistema de sufragio universal indirecto. Los votantes no votan directamente por el candidato presidencial, sino por un grupo de grandes votantes elegidos por los partidos.
Este sistema, conocido como Colegio Electoral, está compuesto por 538 votantes mayoritarios y, para ganar, un candidato debe obtener al menos 270
votos electorales.
El colegio electoral y el voto popular
El Colegio Electoral se creó para equilibrar el peso electoral entre los estados e impedir que los más poblados dominaran el proceso electoral.
Sin embargo, este sistema ha llevado a situaciones en las que un candidato puede ganar la presidencia sin tener la mayoría de los votos populares. Ocurrió en 2000 y 2016, cuando George W. Bush y Donald Trump ganaron a pesar de recibir menos votos que sus oponentes.
Esto ha suscitado debates sobre la legitimidad del sistema y la necesidad
de reformas.
Votación anticipada y elecciones en tiempo real
En los Estados Unidos, la votación anticipada se ha vuelto cada vez más popular, especialmente durante la pandemia.
Los votantes pueden votar por correo o en persona antes del día de las elecciones, lo que facilita su participación. En 2020, alrededor del 43% de los votantes votaron anticipadamente. El cierre de las urnas varía según el estado, debido a las diferentes zonas horarias.
Esto hace que sea difícil predecir cuándo se declarará al ganador, ya que el recuento de los votos puede llevar tiempo, especialmente en el caso de márgenes ajustados
.
Los estados indecisos y su impacto
Los estados indecisos, o estados en juego, son cruciales para el resultado de las elecciones.
Estos estados pueden fluctuar entre los dos partidos principales, el demócrata y el republicano, y su voto puede determinar el resultado final. Para las elecciones actuales, estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin son particularmente importantes para los demócratas, mientras que Trump va por delante en estados como Carolina del Norte y Georgia. Por lo tanto, la estrategia electoral se centra en estos estados clave, lo que convierte la noche electoral en un momento de gran tensión y expectación.