La disminución de la confianza de los consumidores
En octubre de 2024, Italia registró una disminución significativa de la confianza de los consumidores, con una caída del índice del 98,3 al 97,4. Esta disminución es una clara señal de pesimismo entre las familias italianas con respecto a la situación económica actual y futura.
El clima económico, de hecho, cayó de 103,9 a 99,7, mientras que las expectativas para el futuro cayeron de 97,4 a 95. Este escenario pone de relieve una creciente preocupación por la estabilidad económica del país, con repercusiones directas en la propensión
de las familias a gastar.
La situación de las empresas
Al mismo tiempo, la confianza empresarial también cayó bruscamente, hasta alcanzar su nivel más bajo desde 2021. El índice compuesto cayó de 95,6 a 93,4, con un impacto particularmente negativo en los sectores manufacturero y de servicios de mercado.
Las empresas productoras de bienes intermedios y de capital fueron las más afectadas, ya que el índice manufacturero cayó del 86,6 al 85,8. Este deterioro es preocupante, ya que refleja una disminución de las expectativas de demanda y producción, elementos cruciales para el crecimiento económico
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Las reacciones de las asociaciones de consumidores
Las asociaciones de consumidores, como Codacons, han expresado su preocupación por estos datos, calificándolos de «señal de alarma». El presidente Carlo Rienzi destacó que la maniobra del gobierno no ha convencido ni a los consumidores ni a las empresas, lo que ha contribuido a empeorar las expectativas económicas.
Además, la Unión Nacional de Consumidores ha destacado que las expectativas sobre la situación económica de Italia se han desplomado, con una caída de 7,5 puntos porcentuales. Este clima de incertidumbre podría tener efectos negativos en las inversiones y el empleo, agravando aún más la situación económica del país
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