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Un panorama de crecientes desigualdades
Italia se enfrenta a una creciente desigualdad económica, con una brecha cada vez más marcada entre los sectores más ricos y más pobres de la población. Según el informe de Oxfam Italia, en 2024 la riqueza de los multimillonarios italianos aumentó en 61.100 millones de euros, hasta alcanzar un total de 272.500 millones de euros en poder de solo 71 personas.
Este fenómeno pone de relieve un problema estructural que afecta a nuestro país, donde más de 2,2 millones de familias viven en condiciones de pobreza absoluta, incapaces de satisfacer
sus necesidades básicas.
La brecha entre ricos y pobres
En 2024, el 10% más rico de las familias italianas poseía casi el 60% de la riqueza neta nacional, un aumento significativo en comparación con 2010, cuando la proporción era del 6,3.
Este aumento de la concentración de la riqueza es alarmante, ya que el 5% más rico posee el 47,7% de la riqueza total, mientras que el 90% más pobre solo posee el 20%. La situación se agrava aún más por el estancamiento de los salarios, que no han aumentado significativamente en los últimos treinta años, a pesar del aumento de la inflación que ha erosionado el
poder adquisitivo de los trabajadores.
Los desafíos del mercado laboral
El mercado laboral italiano sigue presentando desafíos importantes, ya que los jóvenes y las mujeres siguen sufriendo discriminación y siendo penalizados con contratos precarios y mal remunerados. A pesar de la mejora general del empleo, la tasa de desempleo cayó al 5,7%, pero las desigualdades siguen siendo evidentes.
Mikhail Maslennikov, asesor de políticas en materia de justicia económica, hizo hincapié en la necesidad de abordar las debilidades estructurales del mercado laboral, promoviendo políticas que reduzcan las brechas salariales y mejoren
la calidad del empleo.
Propuestas para un futuro más justo
Oxfam ha presentado recomendaciones al gobierno para abordar la pobreza y las desigualdades. Las propuestas incluyen la introducción de un salario mínimo legal, la definición de los principales convenios colectivos y la implementación de un impuesto progresivo sobre los grandes activos.
También es esencial combatir la evasión fiscal y garantizar un sistema tributario más justo, de modo que los contribuyentes más ricos contribuyan en proporción a sus ingresos. Solo a través de medidas concretas y específicas será posible reducir la brecha económica y garantizar una vida digna para todos los ciudadanos italianos
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