El 26 de agosto de 2024, Australia presentó una nueva ley que reconoce el derecho a desconectarse del trabajo. Esta norma establece que los trabajadores ya no están obligados a estar disponibles fuera del horario laboral normal, lo que les garantiza la posibilidad de ignorar las comunicaciones, como los correos electrónicos o los mensajes del jefe, sin temor a que esto repercuta en sus carreras.
En este artículo, analizaremos lo que establece la nueva ley australiana, en qué etapa se encuentra la regulación en Europa y la situación actual en Italia
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Índice de contenido:
¿Qué es el derecho a la desconexión
El derecho a la desconexión es el derecho de los trabajadores a no estar disponibles fuera del horario laboral, sin comprometer su posición laboral.
Este derecho se ha vuelto crucial con la difusión de las tecnologías digitales y de trabajo inteligentes, que han difuminado la frontera entre el trabajo y la vida privada. La desconexión permite a los empleados no responder a las comunicaciones laborales durante los períodos de descanso, lo que promueve un mejor equilibrio entre la vida laboral
y personal.
En muchos países, incluida Italia, este derecho no está reconocido a nivel regulatorio, pero está integrado en algunos convenios laborales colectivos, especialmente en relación con el trabajo inteligente. Australia es el primer país en reconocer explícitamente este derecho a través de una ley
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La Ley de Derecho a la Desconexión en Australia
La nueva ley australiana establece que los trabajadores de empresas con 15 o más empleados tienen derecho a negarse a responder a las comunicaciones laborales fuera de su horario laboral.
Esto incluye los contactos del empleador o de terceros. La ley no impide que los empleadores contacten con los empleados, pero sí garantiza que los empleados puedan ignorar dichas comunicaciones sin sufrir consecuencias
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La negativa a responder debe ser razonable, y varios factores pueden influir en esta evaluación, como el motivo del contacto, la naturaleza del rol del empleado y el nivel de responsabilidad.
Las sanciones para los empleadores que no cumplan con la ley pueden ascender a 93 900 dólares australianos para una entidad
legal.
Para las pequeñas empresas, el derecho a desconectarse entrará en vigor el 26 de agosto de 2025.
El derecho a la desconexión en Europa
En Europa, el derecho a la desconexión no está regulado por una ley específica a nivel comunitario, sino que ha sido objeto de debate en varios países. Francia fue la primera en introducir este derecho en la «Ley de Trabajo» de 2016, que exige la negociación colectiva para definir los métodos de aplicación. En Italia, la ley sobre el trabajo inteligente prevé la posibilidad de desconexión, pero sin reconocerla como un verdadero derecho autónomo
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El principal desafío en Europa es garantizar la aplicación efectiva de este derecho. Los reglamentos existentes suelen ser demasiado genéricos o no vinculantes, lo que deja a los empleadores un amplio margen de interpretación, a menudo a expensas del bienestar de los trabajadores
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Derecho a la desconexión en Italia
En Italia, la negociación colectiva desempeña un papel crucial en la promoción del derecho a la desconexión. Algunas empresas ya han adoptado acuerdos que, si bien no mencionan explícitamente la desconexión, incorporan sus principios. Entre los ejemplos más significativos
se encuentran:
- Barilla (2015): la empresa ha determinado que los trabajadores deben estar disponibles solo durante las horas de trabajo.
- Vodafone (2016): limitó el requisito de que los empleados estuvieran disponibles durante las horas contractuales.
Estos ejemplos demuestran cómo la negociación colectiva puede ser una herramienta eficaz para garantizar el respeto del derecho a la desconexión, a la espera de una legislación nacional o comunitaria más clara y vinculante.
El derecho a la desconexión es un tema de creciente importancia, especialmente en la era del trabajo remoto. La experiencia australiana también podría servir de modelo para Europa, donde el derecho a la desconexión aún está fragmentado
y se aplica mal.
