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Un hito importante para CONSOB
En 2024, la CONSOB, la autoridad supervisora del mercado italiana, celebra su cincuentenario. Este importante hito se celebró en el Aula Magna de la Universidad La Sapienza de Roma, donde se llevó a cabo una gran consulta con la participación de expertos y académicos en la materia.
La CONSOB, creada en 1974, desempeñó un papel crucial en la evolución de los mercados financieros italianos, enfrentándose a importantes desafíos, como la crisis de Sindona y la aparición de la inteligencia artificial
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Un análisis histórico y sus implicaciones
La historia de la CONSOB está inextricablemente vinculada a la evolución económica y financiera del país. A lo largo de los años, el instituto ha ampliado su ámbito de actividades, fortaleciendo sus poderes y adaptándose a las crisis económicas que se han sucedido.
Como destacó la comisionada Chiara Mosca, «las lecciones del pasado pueden guiar la acción de la CONSOB hoy y en el futuro». Este enfoque refleja la necesidad de una reforma efectiva del mercado financiero italiano para garantizar el desarrollo y la competitividad
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Colaboración entre la academia y las instituciones
La sinergia entre el mundo académico y las instituciones es fundamental para formar profesionales competentes. Antonella Polimeni, rectora de Sapienza, destacó la importancia de abordar temas como la digitalización de los servicios financieros y la ciberseguridad.
Estos aspectos requieren un enfoque integrado y una innovación regulatoria continua. La CONSOB, bajo la dirección de Paolo Savona, ya ha empezado a trabajar para mejorar la asignación del ahorro a fines productivos nacionales, un tema crucial para el futuro de la
economía italiana.
Los desafíos futuros de la supervisión europea
De cara al futuro, el comisario Federico Cornelli hizo hincapié en el papel activo de la CONSOB en las actividades de la ESMA, la Autoridad Europea de los Mercados Financieros. La CONSOB debe seguir evolucionando, adoptando las habilidades y herramientas adecuadas para hacer frente a los desafíos impuestos por los rápidos avances tecnológicos. Según Carlo Comporti, es esencial que la supervisión europea sea más incisiva y que se confíen responsabilidades claras a la AEVM de acuerdo con el principio
de subsidiariedad.