En el mercado laboral escuchamos cada vez más sobre una serie de habilidades que no se refieren a la formación y las habilidades profesionales, sino a las actitudes de carácter y forma de razonar.
El término correcto para identificar estas habilidades, como se sabe, es soft skills: un término inglés que traducido literalmente significa «soft skills» pero que, en esta capacidad, no nos dice mucho sobre su verdadero significado.
Sin embargo, se trata de un conjunto de habilidades muy importantes para situarse con éxito en el mundo laboral, por lo que hoy intentaremos profundizar en el tema explicando qué son y, sobre todo, cuáles de las existentes son de mayor atractivo para las empresas.
¿Qué son las habilidades blandas?
El soft skills son habilidades fuertemente ligadas al perfil de nuestra personalidad. La experiencia, el contacto y las dinámicas relacionales que se desarrollan con otras personas, así como las experiencias que vivimos cada día, son todas fuentes de adquisición de habilidades blandas. Para definirlos claramente podríamos decir que son características de carácter, planteamientos mentales o actitudes sencillas que, en su conjunto, contribuyen a describirnos también en clave profesional.
Precisamente la amplitud de esta definición hace que sea difícil codificar exactamente qué son las habilidades blandas: van desde la capacidad de trabajar en equipo hasta el manejo del estrés; desde la capacidad de hablar en público hasta la empatía; desde la creatividad hasta el liderazgo y la inteligencia emocional.
No existe una definición estándar y precisa que enmarque el gran hemisferio de habilidades blandas precisamente porque cada lugar de trabajo podría requerir diferentes.
¿Cómo podemos probarlos?
Por lo general, las empresas interesadas en las habilidades blandas de un candidato estructuran la selección de tal manera que puedan destacarse por sí mismas. En la práctica hay preguntas que dan una idea de la forma de razonar de los candidatos y que pueden sonar «extrañas» o «inusuales». En realidad, estos están dirigidos a sacar a relucir nuestra forma de razonar y plantearnos con respecto a ciertas situaciones arquetípicas.
Lo mismo se aplica a las entrevistas grupales, es decir, aquellas que tienen lugar en presencia de otros candidatos donde se les pide que resuelvan una situación problemática mientras los reclutadores observan el comportamiento de todos los participantes.
En estas situaciones surgen toda una serie de aspectos de nuestro carácter que van más allá de lo que es nuestro CV y los reclutadores pueden evaluar nuestras actitudes de espíritu de equipo, liderazgo e influencia de las opiniones de los demás. Por eso es importante conocer nuestras fortalezas y sacarlas a relucir a través de respuestas sinceras.
Por el contrario, una actitud forzada y preestablecida correría el riesgo de tener el efecto contrario, desanimando al reclutador a conocernos mejor. Las habilidades blandas, por lo tanto, se demuestran con transparencia y son habilidades que podemos mejorar con el tiempo solo cuando alcanzamos un cierto grado de conciencia de quiénes somos.