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La situación financiera del INPS
Al cierre del ejercicio 2025, el balance neto del INPS se estimaba en 18.787 millones de euros, una cifra que marca un deterioro de 6.287 millones de euros respecto a las previsiones para 2024.
Este escenario se presentó durante la sesión del Consejo de Administración y del Consejo de Supervisión del INPS, que aprobó el presupuesto para 2025. Los estados financieros muestran un resultado operativo negativo de 9.287 millones de euros, sustancialmente en línea con las previsiones para 2024, que indicaban un déficit de -9.210 millones de
euros.
Indicadores macroeconómicos e impactos en los ingresos
Roberto Ghiselli, presidente de la CIV del INPS, enfatizó que el presupuesto se elaboró sobre la base de indicadores macroeconómicos que predicen un crecimiento moderado del PIB y una desaceleración en la tendencia del empleo.
Estos factores tendrán efectos directos en los ingresos por contribuciones, que se espera que asciendan a 282.812 millones de euros, lo que representa un aumento del 2,1% en comparación con el año anterior. Sin embargo, los ingresos por tributación general se estiman en 164.720 millones de euros, lo que representa un descenso del 10,61% en comparación con las previsiones de 2024, debido principalmente a la
reducción de las reducciones de las cotizaciones.
Gastos y beneficios esperados
Los gastos de rendimiento ascendieron a 426.988 millones de euros, lo que representa un aumento del 1,1% en comparación con el ajuste de 2024. En particular, se espera que el gasto en pensiones de la seguridad social ascienda a 325.784 millones de euros, un aumento del 1,2% en comparación con el año anterior.
Este aumento se debe principalmente a la revalorización de las pensiones existentes.
Además, el gasto en apoyo familiar alcanzará los 27.264 millones de euros, mientras que se espera que el subsidio de inclusión gaste 5.692 millones de euros, frente a los 6.688 millones de euros del año anterior.
Perspectivas y desafíos futuros
El presupuesto del INPS para 2025 presenta desafíos importantes, con un aumento de los gastos y una disminución de los ingresos. Los cambios regulatorios recientes han llevado a una disminución de los gastos iniciales, pero mantener el gasto en pensiones sigue siendo una cuestión crucial. La reducción de las reducciones de las cotizaciones y las prestaciones laborales representan factores adicionales de presión sobre las finanzas de la institución. La gestión cuidadosa de los recursos será esencial para garantizar la sostenibilidad del sistema de seguridad social italiano.